Los materiales metálicos con
estructura cristalina donde los átomos no son todos del mismo tipo, pueden dar
lugar a soluciones sólidas y a compuestos con carácter metálico.
Soluciones
sólidas metálicas. Toda solución está formada por un soluto y
un disolvente, siendo este último el que se encuentra en mayor proporción. Los
componentes de una solución pueden ser tanto sólidos, líquidos, como gaseosos.
Aunque cuando se habla de soluciones se piensa en un líquido y un sólido,
también es posible que la solución esté constituida por dos elementos sólidos
que formen la misma red. La cantidad de soluto que puede disolver un disolvente
aumenta con la temperatura.
Las
soluciones sólidas son soluciones en estado sólido y están formadas
principalmente por dos átomos distintos combinados en una misma red espacial.
En la mayoría de las soluciones sólidas la solidificación se produce en un
intervalo de temperaturas, y no a una temperatura fija como se produce en el
caso de los metales puros.
·
Materiales metálicos donde átomos de
elementos metálicos se mezclan en una misma red cristalina de forma homogénea y
en distintas proporciones posibles
·
Enlace predominantemente metálico
·
Estables para un rango de
composiciones (en función de este rango se hablará de solubilidad total o
parcial)
·
Se distingue entre disolvente
(elemento que conserva la red cristalina, generalmente el que se encuentra en
mayor proporción) y el soluto
Soluciones sólidas. Pueden alcanzarse
por: a) sustitución en la red cristalina del elemento base de átomos de este
elemento por átomos del elemento aleante; b) introducción de átomos del
elemento aleante en los intersticios de la red del metal base.
En las soluciones sólidas por
sustitución, los factores que determinan la solubilidad de un metal en otro,
según Hume-Rothery, son:
1. Tamaños
relativos: esta condición establece que la diferencia de los tamaños de los
radios atómicos de soluto y solvente no sean mayor a un 15%, ya que de ser así
los átomos del soluto crearían grandes dimensiones de la red y aparecería una
nueva fase, lo cual no sería una solubilidad total.
2.
Igualdad en la Estructura cristalina: los componentes que formen la disolución
deben tener la misma estructura cristalina
3.
Electronegatividad: las electronegatividades de los átomos del soluto y del
disolvente tienen que ser lo más parecida posibles, mientras más parecido sean
mayor es la probabilidad de formar la disolución sólida total, si las
electronegatividades son muy diferentes se tiende a formar compuestos.
4. Similitud de las valencias: ambas
valencias de los átomos deben ser similares.
Pueden ser; desordenadas (cuando los
átomos de soluto se distribuyen a la azar en la red cristalina del disolvente)
y ordenadas (cuando los átomos de soluto se distribuyen ordenadamente en la red
cristalina del disolvente)
Fases
intersticiales. Son fases que se forman cuando el elemento aleante tiene un
volumen atómico suficientemente pequeño para ocupar intersticios en la
estructura cristalina del metal base. Es el caso de los hidruros, nitruros,
carburos y boruros de los metales de transición, que son verdaderas
interacciones de dos metales o más con propiedades metálicas. Si el metal base
es fuertemente electropositivo, tienden a formarse compuestos no metálicos,
como el carburo de calcio.
Propiedades. Las propiedades de las
fases vienen precisamente determinadas por la naturaleza, forma, tamaño y
distribución de las fases presentes. Cuando se elige una cierta composición, y
se somete a la a. resultante a adecuados tratamientos térmicos, es porque así
se llega, en el estado sólido, a una combinación óptima de fases de determinada
composición, con forma y tamaño adecuados, y distribuidas de tal manera que se
alcanza, en el agregado resultante, la combinación de propiedades deseada.
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